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LBE: 07 ESTRATEGIAS DE COMPRENSIÓN LECTORA

Actualizado: 18 oct

Un artículo de Lucas Vaquero y Albert Reverter




Llega el turno de las renombradas estrategias de comprensión lectora, una serie de técnicas que ayudan al alumnado a entender el significado de los textos a los que se enfrenta. Vaya por delante que su efecto es claramente perceptible (y por lo tanto, es un escalón más que debemos atacar para la mejora de la CL), pero limitado, tanto a la hora de aprenderlas y practicarlas como en los resultados finales, tal como veremos durante esta entrada. 


Estas estrategias pueden incluir: 


  • Deducir el significado a partir del contexto

  • Resumir o identificar los puntos clave

  • Utilizar esquemas gráficos o semánticos

  • Desarrollar estrategias de cuestionamiento

  • Controlar la propia comprensión e identificar dificultades de forma autónoma (metacognición y autorregulación). 


Una vez más, hablaremos de dificultades deseables, ya que los textos deben suponer un reto efectivo, sin ser excesivo, por lo que es importante que el profesorado se desarrolle profesionalmente en el diagnóstico eficaz y en la formación en el uso de técnicas y materiales específicos. Procuraremos dar más pistas al respecto en nuestro apartado práctico. Eso sí, también se pueden combinar con el aprendizaje cooperativo y con otros métodos como el fonético y son más eficaces a partir del segundo ciclo de primaria. Hasta 2º del primer ciclo de primaria, nuestro objetivo primordial es la máxima concienciación fonética y fonológica por parte del alumnado, así como el desarrollo de la fluidez lectora, por lo que estas estrategias quedarían hasta entonces en un segundo plano en el mejor de los casos. Insistimos en la sistematización del proceso, con el objetivo de no dejar nada ni a nadie atrás y preparar de la mejor manera a nuestros alumnos para el siguiente escalón del proceso.


Nombrábamos al principio del presente artículo que hay un tiempo limitado para aprender estas estrategias y que su efecto también lo es. ¿Por qué decimos esto? Para Willingham (2007) las estrategias de comprensión lectora son como una caja de herramientas que pueden mejorar la comprensión indirectamente. Son fáciles de aprender y requieren de poca práctica, por lo que 5 o 6 sesiones son igual de eficientes que 50. ¡He aquí una buena noticia!


Pero, una vez más, para llegar a ello, tenemos que haber hecho mucho trabajo previo de otras características. Por ejemplo, es necesario decodificar con fluidez para que puedan funcionar adecuadamente, por eso se recomienda empezar a utilizarlas en 4º curso de primaria, donde empiezan a ser realmente efectivas y pueden marcar diferencias en los resultados. El propio Willigham resume en tres los factores que importan en la comprensión lectora: 


1- Monitorear la comprensión

2- Relacionar las frases entre ellas

3- Relacionar las frases con lo que ya sabes. 


El fin último es incentivar una nueva visión de la lectura, entender que el texto no hay que leerlo, sino comprenderlo. Por último, el autor menciona que no existe evidencia de que unas estrategias sean mejores que otras, puesto que no todas han sido investigadas minuciosamente y sus resultados no son concluyentes. Un ejemplo más de que las evidencias no nos dan todas las respuestas, aunque ayuden a allanar y despejar muchos caminos, sino que queda mucho trabajo aún todavía por hacer, incluso en un tema tan profundamente estudiado como el de la lectura. 


Para la Education Endowment Foundation (EEF,  organización benéfica creada en 2011 para mejorar el rendimiento educativo de los alumnos más pobres en las escuelas inglesas y cuyo objetivo es proporcionar recursos basados ​​en evidencia diseñados para mejorar la práctica e impulsar el aprendizaje), estas estrategias se deben enseñar explícitamente y se pueden  combinar con otras como las estrategias de metacognición y autorregulación o con el aprendizaje cooperativo. Apunte (no menor) de máximo interés al respecto: los beneficios serán mayores en alumnado de bajo rendimiento y en aquel con menor nivel socioeconómico, lo que fomenta la equidad. Esto puede deberse a que algunos alumnos de alto rendimiento en comprensión lectora ya usan estas estrategias, sea de manera natural, sea porque las han aprendido de otras fuentes. Algunos ejemplos para trabajar en clase podrían ser:


  • Cuestionar al alumnado para que incorpore los pasos clave.

  • Resumir o identificar puntos clave del texto.

  • Debate metacognitivo.

  • Estrategias de auto/cuestionamiento (recíproco).

  • Identificar dificultades en la propia comprensión (autónomamente).


Aunque las estrategias puedan ser un rápido y buen impulso al inicio del desarrollo de lectores, para tener una buena comprensión lectora son mucho más importantes otros dos aspectos, ya que sus beneficios son más sustanciales a largo plazo, y estos son el vocabulario y el conocimiento previo. Sin embargo, su adquisición es producto de años de enseñanza sistemática y exposición constante a libros, películas y conversaciones de alta calidad (entre otros). Una vez más, el conocimiento entendido como cultura general vuelve a hacer su aparición como un imprescindible motor de rendimiento. ¿Cómo plantar esa semilla en nuestro alumnado? Sentimos decírtelo, pero tendrás que esperar un poco más para que en artículos y ejemplos prácticos futuros de este monográfico le demos unas cuantas vueltas a eso…


Volvamos a las estrategias de comprensión, pues. Lo primero es que los alumnos tengan claro que esa comprensión no está ligada solo al momento de la lectura física que van a realizar, sino que hay un antes, un durante y un después en el proceso que implica diversas acciones que, a poco que practiquen, se convertirán en automáticas y liberarán memoria de trabajo para centrarse en la comprensión plena del texto. Hagamos un repaso de algunas de las más destacadas:


Filderman et al. (2021) en su metaanálisis sobre estrategias de comprensión lectora diferencia los siguientes tipos de estrategias (citado por Palazón en su web “Dificultades Específicas de Aprendizaje”):


  • Estrategias enfocadas a extraer la idea principal del texto: son estrategias que tratan de ayudar al niño a seleccionar el fragmento más importante del texto.


  • Estrategias enfocadas a realizar inferencias y extraer información no presente: se trata de aquellas estrategias que se enseñan a los niños para extraer la información implícita en los textos.


  • Estrategias de recontado organizado del contenido del texto: los niños cuentan con sus palabras las ideas de cada párrafo.


  • Estrategias predictivas respecto al contenido del texto: se trata de estrategias previas a la lectura que tratan de activar al niño para que reflexione sobre qué tipo de información puede aparecer en el texto de forma que tenga un objetivo explícito de comprensión y active sus conocimientos previos sobre el tema.


  • Estrategias orientadas a entender el tipo de texto o la estructura del texto: se enseñan a los niños que hay diferentes tipos de textos (que describen algo, que comparan dos cosas…) de forma que puedan establecer un plan y adaptarse a la lectura de cada tipo de texto.


Autoras como Isabel Solé (1992) proponen la enseñanza de las siguientes estrategias de lectura diferenciando el momento de llevarlas a cabo:


  • Antes de la lectura: vistazo rápido, ideas generales, palabras clave, elección del texto, objetivos de lectura, activación de conocimientos previos, establecer predicciones sobre el texto y promover las preguntas de los alumnos acerca del texto.


  • Durante la lectura: uso de imágenes o diagramas, afijos y etimología de las palabras, dar sentido a palabras desconocidas, buscar pistas antes y después, repasar lo ya leído conectando con lo nuevo, buscar información, ignorar lo que no se entiende y seguir con la lectura, tareas de lectura compartida, lectura independiente, identificar errores o lagunas de comprensión, identificar los distintos problemas y aplicar diferentes soluciones, dejar para otro momento, pedir ayuda…


  • Después de la lectura: parafrasear, organizadores gráficos como mapas conceptuales, actividades cloze, poner títulos a los párrafos, ordenar los textos, idea principal, resumen, formular y responder preguntas…


Juan Cruz Ripoll (2021) en la web intralíneas explica que no le gusta que se le llamen estrategias de comprensión a los procedimientos y actividades que organizan y favorecen la comprensión de los textos escritos y el aprendizaje a partir de los mismos. Actualmente se usa para nombrar cualquier cosa que puede mejorar la comprensión: actividades, formas de organizar la clase o las actividades, procedimientos, métodos, etc. Para Ripoll las siete estrategias para mejorar la comprensión lectora son:


  • Mejorar el vocabulario.

  • Realizar inferencias.

  • Sintetizar.

  • Características del tipo de texto.

  • Plantearse objetivos.

  • Metacognición.

  • Visualización.


El autor crea los siguientes mapas conceptuales según el momento de la lectura:


Haz clic para agrandar la imagen

e ir a la web de Juan Cruz Ripoll


En el documento «Lectura estratégica colaborativa ¿Cómo enseñar estrategias para la comprensión lectora?» de Menseses et al. (2022), las autoras explican cómo hacer accesibles las estrategias para todos y todas a través de la explicación y del modelaje. Realizan un análisis detallado a las siguientes:


  •  Antes de la lectura:


VISTA RÁPIDA (activa el tema):


1.      Echa un vistazo.


2.      Realiza una lluvia de ideas.


3.      Formula el objetivo de lectura.


  • Durante la lectura:


CRAC Y CLIC (supera los obstáculos):


1.      Pregúntate si estás comprendiendo el texto (CLIC).


2.      Encuentra los obstáculos para comprender (CRAC).


3.      Usa estrategias de reparación.


4.      Vuelve a leer el fragmento para verificar tu comprensión.


IDEAS CLAVE (atrapa lo esencial):


1.      Identifica la idea clave de un fragmento del texto.


2.      Escribe una oración con lo esencial usando tus propias palabras.


3.      Corrobora que esa idea tenga relación con el objetivo de lectura.


  • Después de la lectura:


PREGUNTAS AL TEXTO (repasa el contenido):


1.      Piensa sobre lo que comprendiste aprendiste sobre el texto.


2.      Escribe preguntas que te ayuden a verificar tu comprensión y aprendizaje.


-          Ahí mismo (pregunta literal)


-          Piensa y busca (pregunta inferencial)


-          El texto y tú (pregunta interpretativa)


3.      Escribe una respuesta para cada pregunta que formulaste.


El National Reading Panel de Estados Unidos publicó en el año 2000 un informe titulado “Enseñando a los niños a leer” en el que se consideró que 8 de las 16 estrategias investigadas tienen una base científica sólida y consistente (citado por Ripoll en su web “Comprensión lectora basada en evidencias”). Estas son:


  • Supervisión de la comprensión: el alumno monitorea su comprensión mientras lee, debe reconocer cuando no está entendiendo algo (por ejemplo, formulando qué es exactamente lo que les causa dificultad) y emplear estrategias para abordar la falta de comprensión (pausas para reflexionar, releer alguna parte…).


  • Aprendizaje cooperativo de estrategias: formulan estrategias de comprensión (por ejemplo, predecir y resumir) en grupos pequeños. Algunas técnicas utilizadas son la enseñanza recíproca y la tutoría entre iguales.


  • Uso de organizadores gráficos: se utilizan mapas mentales, dibujos o diagramas para representar gráficamente las ideas del texto y sus relaciones.


  • Establecimiento de la estructura de una narración: se les enseña la estructura típica de una historia y ellos aprenden cómo crear un mapa de esta mediante las respuestas a las preguntas «quién, qué, dónde, cuándo, por qué», y en ocasiones, con la elaboración del esquema temporal, de personajes o de sucesos de la historia.


  • Preguntas sobre el texto: son realizadas por el profesor (de diferente complejidad y sobre aquello que deberían haber entendido los estudiantes), quien además proporciona información sobre lo acertado de las respuestas.


  • Generación de preguntas: son los estudiantes los que generan sus propias preguntas sobre el texto mientras leen (qué, cuándo, dónde, quién, por qué, cómo o qué sucederá ahora) con el consiguiente intento de respuesta. Estas preguntas deben integrar grandes unidades de significado.


  • Elaboración de resúmenes: a los estudiantes se les enseñan técnicas para resumir (por ejemplo, eliminar información redundante) e identificar las ideas principales (y elegir una frase temática), así como a integrar las otras ideas para formar una unidad coherente.


  • Enseñanza de múltiples estrategias: el lector utiliza varios de los procedimientos de los métodos anteriores sobre el texto (muchas veces resumir, predecir, generar), en interacción con el profesor.


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