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¿QUÉ ES LO QUE HACE QUE UNA EVALUACIÓN FORMATIVA SEA BUENA?

Seguimos con los artículos que Daisy Christodolou realizó sobre evaluación. En los primeros, ella misma hablaba de la importancia de dividir las habilidades complejas en partes más pequeñas (uno de los principios de Rosenshine como bien sabéis los veteranos de este blog). Esto tiene enormes implicaciones para las evaluaciones formativas, cuyo objetivo es mejorar el rendimiento de un alumno, no solo medirlo.

Según Christodolou «Aunque normalmente hablamos de «evaluación formativa» y «evaluación sumativa», en realidad, la misma evaluación puede utilizarse tanto con fines formativos como sumativos. Lo que importa es cómo se utiliza la información de una evaluación. Una prueba puede estar diseñada para dar una calificación a un alumno, pero un profesor puede utilizar la información de las preguntas individuales del examen para diagnosticar las debilidades de un alumno y decidir qué trabajo asignarle a continuación. En este caso, el profesor está realizando una evaluación que ha sido diseñada con fines sumativos, pero la utiliza de forma formativa

Si bien es posible reutilizar las evaluaciones de esta manera, también es cierto que algunos tipos de evaluación son simplemente más adecuados para fines formativos que otros. Debido a que las habilidades complejas se pueden dividir en partes más pequeñas, es muy valioso diseñar evaluaciones que intenten capturar el progreso en relación con estas unidades más pequeñas.

Para mejorar en una tarea compleja, a veces necesitamos practicar otros tipos de tareas. Aquí tenemos a Dylan Wiliam comentando esto, en el contexto del béisbol.

El entrenador tiene que diseñar una serie de actividades que lleven a los atletas desde su estado actual al estado objetivo. A menudo, los entrenadores toman una actividad compleja, como la doble jugada en el béisbol, y la dividen en una serie de componentes, cada uno de los cuales debe practicarse hasta que se alcance la fluidez, y luego los componentes se unen. El entrenador no solo tiene una noción clara de calidad (la doble jugada bien ejecutada), sino que también comprende la anatomía de la calidad; es capaz de ver el rendimiento de alta calidad como compuesto de una serie de elementos que pueden desglosarse en una secuencia de desarrollo para el atleta. (Embedded Formative Assessment, p. 122)

Wiliam llama a esta serie de actividades «un modelo de progresión». Cuando se divide una actividad compleja en una serie de componentes, lo que se obtiene a menudo no se parece a la actividad final. Cuando se divide la habilidad de escribir un ensayo en sus partes constituyentes, lo que se obtiene no parece un ensayo. 

Una vez que hemos establecido un modelo de progresión en un tema, entonces podemos pensar en cómo medir el progreso.

¿Cómo podemos medir el progreso en las lecciones?

Christolodou no cree que las notas de los exámenes puedan utilizarse para medir el progreso en las clases. Lo que ocurre en la clase es una «entrada», por así decirlo, y lo que ocurre en el examen es una «salida». Según ella, no tiene sentido intentar medir ambas cosas con la misma balanza. Aquí utiliza una analogía: sabemos que si comemos más, engordamos. Pero no medimos la ingesta de alimentos y el peso que gastamos con la misma balanza, aunque sabemos que existe una relación entre ellos. Medimos los alimentos con calorías y el peso con kilogramos. De manera similar, tenemos que registrar lo que ocurre en las clases de una manera diferente a lo que ocurre en la evaluación final.

Si se intenta medir las actividades de una lección individual con la misma escala que la nota del examen final, entonces pueden ocurrir dos cosas. Una es que utilices actividades en el aula que sean más adecuadas para el aprendizaje y para la evaluación formativa: por ejemplo, en lengua castellana puedes utilizar un test de ortografía. Actividades como los tests de ortografía no son muy adecuadas para obtener una calificación, por lo que la calificación que se obtiene de ellos es muy inexacta y causa mucha confusión. La segunda opción es empezar a modificar todas las actividades que haces en clase para que se asemejen más a las tareas del examen. Así que te deshaces del test de ortografía y haces que los alumnos hagan un trabajo escrito más extenso. Esto hace que sea más probable (aunque no seguro) que las calificaciones que obtengas en clase sean precisas. Pero significa que ahora estás enormemente restringido en los tipos de actividades que puedes hacer en clase. Has convertido efectivamente cada lección en una evaluación sumativa.

Debemos registrar el progreso de la lección de la manera que sea más adecuada para las tareas que queremos utilizar. Y muchas actividades muy útiles no se pueden registrar como una calificación o una fracción de calificación.

TRADUCIDO Y ADAPTADO DE:

https://daisychristodoulou.com/2017/02/what-makes-a-good-formative-assessment

https://daisychristodoulou.com/2017/02/how-can-we-measure-progress-in-lessons

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