CAZAMITOS: ¿Somos buenos multitareas?

¿Son los alumnos capaces de dedicar la atención necesaria a cada elemento cuando intentan hacer todo al mismo tiempo? 

​Muchos medios de comunicación han vendido a lo largo de estos años la idea de que los jóvenes de hoy pueden responder afirmativamente a esta pregunta porque los consideran auténticos expertos en multitareas. Por multitarea, nos referimos a la capacidad de realizar dos o más cosas que requieren pensar (es decir, procesar información) simultáneamente.

​Ciertamente, a nivel intuitivo, esto parece tener sentido: parece que, por lo general, la gran mayoría somos capaces de realizar múltiples acciones al mismo tiempo. Por ejemplo, conducir un coche hace que simultáneamente cambiemos de marcha, aceleremos, giremos el volante, miremos por el retrovisor, y si somos expertos conductores, hasta podemos permitirnos el lujo de charlar con nuestro acompañante.

​Esa intuición, por desgracia, está equivocada una vez formulamos la siguiente pregunta:»¿Podemos los humanos realizar acciones simultáneamente o realmente cambiamos entre tareas al desviar nuestra atención de una tarea a otra, es decir, cambiamos de tarea con suma rapidez?» 

​Por lo que parece solo en circunstancias especiales, donde las personas han adquirido una gran experiencia en la realización de una tarea de forma que esta se ha vuelto completamente automatizada, no se requiere pensamiento ni procesamiento de la información. Por ejemplo, hablar y caminar al mismo tiempo lo hacemos casi todos, pero incluso en ese caso podría suceder algún accidente, sobre todo si la conversación nos tiene absortos. Eso puede hacer que no veamos el bordillo o el poste de la luz, porque no procesamos la imagen aunque la veamos (especialmente si caminamos por una zona que no conocemos y la conversación nos tiene fascinados). Como indica Pedro De Bruyckere en su libro «Urban Myths about Learning and Education»:

 Lo que está claro es que las personas no son capaces de tener dos pensamientos diferentes al mismo tiempo. En ese caso, cambian de tarea, lo que significa que dividen su atención y la dirigen a diferentes tareas cognitivas. Debido a los cambios a menudo cortos, puede parecer simultáneo, pero no lo es. El hecho de que el cerebro tenga restricciones estrictas sobre el número de procesos cognitivos que puede procesar se conoce como el «cuello de botella cognitivo». Un equipo de investigadores dirigido por Michael Tombu ha demostrado la existencia del cuello de botella cognitivo a nivel del grupo neuronal. Estos hallazgos implican que ejecutar diferentes tareas cognitivas al mismo tiempo es mucho más difícil de lo que podríamos esperar. Por ejemplo, ¿alguna vez ha intentado escribir un correo electrónico mientras hablaba con alguien por teléfono? No es fácil, ¿verdad? De hecho, esta es una tarea muy difícil. Parece que cada una de las tareas que intentamos realizar nos distrae de la otra tarea que intentamos hacer al mismo tiempo, aunque ninguna de las dos es “ciencia espacial”. El resultado es un rendimiento deficiente en ambas tareas. Mientras escribe, se pierde lo que la otra persona ha dicho desde que estaba pensando en lo que estaba escribiendo.

¿Qué implicaciones tiene todo esto con la enseñanza y el aprendizaje?

​Se han realizado estudios (en la Universidad de California, por ejemplo) donde quedó demostrado que aún aprendiendo algo durante un ejercicio de multitarea, más adelante te va resultar mucho más difícil utilizar ese aprendizaje, porque a tu memoria le va a costar mucho más recordarlo.

​En realidad, la multitarea implica cambiar continuamente entre diferentes tareas. Nuestro cerebro es capaz de hacerlo, pero el cambio rápido entre tareas cuesta energía (mental). El resultado final es que en realidad trabaja con menos eficiencia.

El llamado “mito de la multitarea” es popular porque la realización de más de una tarea al mismo tiempo parece brindar a las personas una gratificación emocional. Sentimos que logramos más, lo que da un sentimiento positivo.

​Aún así, todo esto puede ser un problema del pasado, ¿verdad? Puede ser que los nuevos medios les enseñen a los niños cómo mejorar en la multitarea. Lamentablemente, la respuesta a esto parece ser negativa. Esto se puede ilustrar con la investigación realizada por un equipo del Laboratorio de Cognición Visual de la Universidad de Duke. El equipo de Donohue investigó si alguien que juega con regularidad a juegos de computadora es mejor para concentrarse en diferentes tareas al mismo tiempo. Resulta que no lo son. Se pidió a sesenta estudiantes que jugaran a un juego de carreras, mientras respondían preguntas al mismo tiempo (para simular una conversación telefónica). Los jugadores fueron mucho mejores en el juego, como era de esperar, pero sus puntajes cayeron significativamente una vez que se les pidió que respondieran las preguntas.

​Un gran análisis realizado por Wasylyshyn y Verhaeghen sobre la relación entre la edad de las personas y su capacidad para cambiar entre diferentes tareas mostró un resultado similar. Cuando se tuvo en cuenta el deterioro cognitivo general, las personas mayores no se desempeñaron peor que las personas más jóvenes cuando se les pidió que cambiaran regularmente entre dos tareas diferentes. Entonces, ¿nadie es realmente capaz de realizar múltiples tareas? A decir verdad, parece haber evidencia de la existencia de un grupo de personas que tienen la capacidad de realizar múltiples tareas de manera efectiva. Un estudio de investigación llevado a cabo por Jason Watson y David Strayer en 2010 concluyó que la población de su encuesta de 200 sujetos de prueba contenía cinco «superestrellas», personas que eran capaces de hacer diferentes cosas al mismo tiempo sin una pérdida notable de calidad. Sin embargo, se sospecha que estas personas, como ya se mencionó, pueden cambiar de una tarea a otra muy rápidamente, en lugar de realizar ambas tareas al mismo tiempo. Entonces, si usted es uno del 2.5% de las personas que pueden enviar un correo electrónico y llamar por teléfono simultáneamente, ¡felicidades! Ahora sabe que pertenece a una minoría muy pequeña y privilegiada.

BIBLIOGRAFIA:

1.Bruyckere, Pedro De; Kirschner, Paul A.; Hulshof, Casper D.. Urban Myths about Learning and Education (pp. 99-100). Elsevier Science.

​2. Donohue BJ, Eslick AN, Mitroff SR. Cognitive pitfall! Video game players are not immune from dual-task costs. Attention, Perception & Psychophysics. 2012;74(5):1161–1167.

​3. Kirschner PA, van Merriënboer JJG. Do learners really know best? Urban legends in education. Educational Psychologist. 2013;48(3):169–183.

​4. Rosen C. The myth of multitasking. The New Atlantis. 2008;20(Spring):105–110.

​5. Sanbonmatsu DM, Strayer DL, Medeiros-Ward N, Watson JM. Who multitasks and why? Multitasking ability, perceived multitasking ability, impulsivity, and sensation seeking. PloS ONE. 2013;8(1):1–8.

​6. Tombu MN, Asplund CL, Dux PE, Godwin D, Martin JW, Marois R. A unified attentional bottleneck in the human brain. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America. 2011;108(33):13426–13431.

​7. Wang Z, Tchernev JM. The “myth” of media multitasking: Reciprocal dynamic of multimedia multitasking, personal needs, and gratifications. Journal of Communication. 2012;62:493–513.

​8. Wasylyshyn C, Verhaeghen P, Sliwinski MJ. Aging and task switching: A meta-analysis. Psychology and Aging. 2011;26(1):15–20.

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